lunes, 20 de mayo de 2013

Audioslave - Audioslave

2002 - Audioslave - Audioslave
C-

Cochise
Show Me How To Live
Gasoline
What You Are
Like A Stone
Set It Off
Shadow On The Sun
I Am The Highway
Exploder
Hipnotize
Bring Em' Back Alive
Light My Way
Getaway Car
The Last Remaining Light
Mejor canción: "Cochise"


  El sentido común dicta que si a una cosa que ya es buena le agregas otra de valor equivalente o similar, el resultado debería ser, en teoría, la bomba. Cual Michael Jordan y Scottie Pippen, Yogui y Bubu, Tango y Cash, la mezcla entre el líder de Soundgarden y los ex-integrantes de Rage Against The Machine debería ser de antología. Pero por desgracia, no fue tanto así. Lo que Audioslave hizo no fue sino confirmar una vez más la escasa viabilidad artística de los llamados supergrupos y lo antinaturales que pueden llegar a ser. 

   En realidad pocas agrupaciones de este tipo han sabido manejar el tener reunido a un conjunto de músicos de alto nivel. A lo largo de la historia ha habido contadas y notables excepciones, como es el caso de Crosby, Stills, Nash & Young, Cream, y Temple Of The Dog (con los que no puedo evitar comparar a Audioslave). Algo que tienen en común la mayoría de estas bandas es que son proyectos no muy duraderos y bastante problemáticos. 

    Sospecho que no es lo mismo que una banda surja a partir de la prolongada convivencia de un grupo de amigos que se conocen de toda la vida a que un proyecto de perfectos desconocidos brote de la nada. Dicen los que saben que esa química intangible entre los músicos siempre juega un papel crucial. 

  Mi hipotesis es que los de Audioslave eran sencillamente incompatibles. Cada uno tiene influencias musicales muy diferentes y hasta contradictorias. Los estilos de Soundgarden y RATM, si bien tienen alguna que otra cosa en común, son muy distintos. El problema es que la banda (al menos en este disco) intenta sonar más que nada a Rage Against The Machine. Pero noticias de último minuto: Audioslave no es RATM. Es más bien una suerte de versión adolescente de ellos. De repente me suenan a ese tipo de bandas nü-metal dosmileras tan aborrecibles que invadieron a la industria musical hace algunos ayeres.

   El sonido de Audioslave se antoja forzado y poco natural. Se dice que las sesiones de grabación de este álbum fueron muy problemáticas y que incluso la existencia de la banda estuvo en duda. Todo ello se ve reflejado en el producto final. 

De ícono grunge a metrosexual
   Chris Cornell es quien más destaca con su inconfundible voz, que aún en las peores circunstancias suena de lo mejor: siempre potente y emotiva; tiene un timbre vocal privilegiado. También demuestra una vez más su gran nivel para escribir versos: las letras de todas las piezas están firmadas por él y la mayoría resultan interesantes. 

   Podría decirse que Cornell es la brújula de Audioslave, pero Tom Morello es también gran responsable del sonido de la banda, con sus constantes experimentos en las seis cuerdas (Nota al margen: Morello me parece uno de los guitarristas más interesantes y subvalorados de las últimas dos décadas. Tan sólo hay que escuchar la influencia que ha ejercido sobre gente como Matt Bellamy, por ejemplo).

   Como ya decía antes, el sonido de Audioslave me parece algo artificioso, pero ello no sucede todo el tiempo, ya que, si bien el buen nivel no se mantiene, en el disco hay dispersos algunos temas bastante buenos. Ya desde el primer segundo del disco, Morello se luce con sus experimentos guitarreros con ese efecto de pedal que simula un helicoptero (?), para dar inicio a "Cochise". Su ledzeppeliano riff rompebolas le da un poder tremendo a la letra, que es la única que lejanamente refleja la habitual carga disidente de RATM. 

   El buen nivel se mantiene en "Show Me How To Live" donde Morello de nuevo hace de las suyas con ese doble picking descomunal y su inseparable wah-wah. "What You Are" es una iracunda dedicatoria a la ex-novia de Cornell, mientras que en el tema más conocido de la banda, la sobreexpuesta "Like A Stone", Cornell expone como nunca sus armonías vocales y fraseos. El solo de Morello es también enorme y el mejor del disco. "Set It Off" es otra de las más poderosas de su repertorio, con esos riffs tan típicos de RATM, los cuales encajan bien con la performance vocal de Chris. 

  En "Shadow On The Sun" empiezan a cansar esas inesperadas explosiones vocales durante los coros y termina siendo bastante formuláica y repetitiva. "I Am The Highway" intenta ser otro himno-balada tipo "Like A Stone", pero no llega al mismo nivel ni logra el mismo efecto.


   "Exploder" se disfrutaría más de no ser porque hasta este punto del disco ya hemos oído otros temas que suenan bastante similar. Lo mejor de ella es su desquiciada letra llena de personajes psicóticos y en la que el mismo Cornell pierde la cordura. "Hipnotize" hace honor a su nombre, con ese cadencioso ritmo que por momentos me recuerda al U2 de la época de Zooropa Pop. El bajo de Tim Commerford, que había permanecido bastante discreto, en este tema suena claro y potente. 

   Mas la lenta "Bring Em Back Alive" baja de nuevo el nivel con esa penosa melodía y su pobre estribillo. "Light My Way" suena genérica y muy similar a temas anteriores. "Getaway Car" es una balada más, en la que uno comienza a preguntarse cuánto falta para que acabe el disco. La críptica "The Last Remaining Light" cierra de modo más o menos decente un prolongado e irregular trabajo que, a pesar de ser relativamente joven, no ha soportado tan bien el paso del tiempo y que en su momento decepcionó a más de uno.

   El disco es largo. 14 temas y 65 minutos es demasiado; hay que tener una buena dosis de paciencia para escucharlo entero. Pero lo peor es que muy pocas veces exhibe toda la capacidad, talento y creatividad que en su día supieron demostrar Soundgarden y RATM. Sé que no debería compararlos con estas bandas, pero cómo no hacerlo cuando ellos mismos tratan de sonar a ellas.


«En mi lecho de muerte, rezaré a los dioses y a los ángeles, como un pagano, a cualquiera que me lleve al paraíso»

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